Los santiagueros, siglo XXI (2000 - 2019)

¿Es posible que en ocasiones sienta que mi identidad titubea? Es que no tenemos –o poseemos– una única identidad. Ticio Escobar me enseñó a comprender que las identidades pueden ser varias, que fluctúan, que manifiestan un proceso colmado de desplazamientos y tránsitos, y que forma parte de un auto-reconocimiento que debe ejercer el sujeto para comprender su pertenencia a una armazón social diversa. La serie Los santiagueros, siglo XXI, concebida y enriquecida entre los años 2000 y 2019, se ancla discursiva y visualmente en dicha cuestión de la identidad, de la pertenencia, de la identificación –o no– con un espacio que se ha transformado con el tiempo.

Soy santiaguero de pura cepa. Nací y me crié en Santiago de Cuba. Ese fue mi hogar y mi matriz identitaria hasta 1995, año en el que emigré a Estados Unidos. No obstante, esa extraña conexión, ese cordel simbólico que me ata a Santiago sigue latente en mí. He experimentado, a lo largo de los años y durante mis visitas a la ciudad, sentimientos encontrados, un caos pasional cuando camino por sus calles y dialogo con sus gentes: amor/odio, lejanía/cercanía, indiferencia/afecto, vacuidad/plenitud. Fue en esta ciudad donde vivieron algunos de mis antepasados, donde crecí y me formé durante los primeros años de mi vida: Santiago es ese sitio al que siempre llamo “hogar”, no por habitarlo sino por sentirlo.

Este sentimiento de conexión me llevó, a partir del 2000, a viajar a la ciudad en distintas ocasiones, a pesar de las restricciones que para los cubanoamericanos existían a principios de siglo para arribar a la Isla. El reencuentro con la trama citadina y el calor de los santiagueros, la evolución que había sufrido la ciudad, los recuerdos que tenía y que, en muchas ocasiones, parecían detenidos en el tiempo, fueron motivaciones que me llevaron a registrar a través del lente; algo que luego ha devenido en diversas series donde Santiago es el núcleo discursivo siempre.

En esta serie, los santiagueros son los protagonistas y la ciudad se revela en cada fotografía según la percibí en los diferentes momentos que la revisité. Si bien el romanticismo, e incluso un matiz nostálgico se advierte en estas obras, mi intención es revelar(me) la realidad de mi ciudad natal, la cotidianidad de un lugar que ha mutado a lo largo de los años, pero que continúa estremeciéndome, lo que lleva a cuestionarme mi identidad, mi identificación con ella, mi sitio en su seno social.